Mentiras como calmantes

Hoy, en clase de inglés con una profesora muy inútil (debe ser que todas lo son) he descubierto que leo tanto porque me gustan las mentiras. Adoro las mentiras, eso de creer que algo existe, solo porque me parece más bonito que la realidad misma... Las mentiras nos hacen felices y eso es absolutamente precioso.

Hace unos días esta entrada hubiera tenido alguna mariposa en el estómago,pero hoy solo tiene mentiras destapadas que ya no hacen feliz a nadie.