Ana me enseñó cómo era el sonido de los elefantes y lo que es la empatía.Ana siempre sabía contestar a las preguntas estúpidas de mi alargada infancia.Ana huele a miel y es suave cómo el algodón de azúcar,sonríe casi siempre y es cálida, parecida a las mantas de los domingos por la tarde.
Ana me cuida,siempre.
Ana me abraza cuándo quiero llorar y me deja comerme el chocolate de sus cereales Hacendado.Ana es buena y tiene pecas en los carrillos,asique parece mucho más inocente y sencilla.También es juguetona y fácil de chinchar.Ana siempre me llenó la nariz de la trufa de cualquier tarta en todos los cumpleaños.
Y ...aunque Ana es mayor, sigue creyendo en las hadas y últimamente cuándo se nota cansada ,se sienta y olvida extender las alas, a veces el café de las once y media sabe amargo a pesar de llevar azúcar, y sus ojos brillan menos cada vez que pisa un hospital.Ana suspira con su voz quebradiza y se promete no llorar, aunque bajo sus costillas haya mucho que guardar.Ana se despierta de noche y dialoga con la almohada sobre cómo será su mañana.Ana se escapa poco a poco, Ana se va entre las balas.Ana es tan sólo un ave fénix que se consume entre sus propias llamas.
Ana vive en una cárcel de cristal ,que hoy intento romper para que pueda volver a soñar.A Ana no la ví llorar nunca, e imaginarlo hace que mi mundo se hunda.Pero Ana es tan grande que no alcanza a ver sus propios tobillos,Ana es muy grande porque al abrazarla soy la cosa más pequeña del mundo.Ana es enorme,cómo las mareas en calma.Ana es gigante porque no es mas grande quien más espacio ocupa,si no quien más espacio deja cada vez que se va...
Y Ana, es enorme.Nada la puede derrotar.
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Este texto es para Ana, mi segunda madre.Está malita, tiene una de esas enfermedades que suenan muy mal y se curan muy tarde,de esas que te dejan sin pelo y sin ganas de nada.Pero sé que te vas a poner bien y tus sonrisas van a volver a ser mi día a día,y muy pronto.Ánimo, suerte y amor <3